
Cuando vives en un inmueble arrendado, es común que con el paso del tiempo surjan necesidades de reparación o mantenimiento. Para garantizar que tanto el arrendatario como el propietario se sientan cómodos y protegidos, es crucial definir claramente las responsabilidades de cada parte en cuanto a las reparaciones. Establecer estas responsabilidades de antemano ayuda a mantener una relación armoniosa y evita posibles disputas.
Responsabilidades del propietario
En general, el propietario es quien debe hacerse cargo de las reparaciones mayores, aquellas necesarias para mantener el inmueble en condiciones habitables. Esto incluye arreglos relacionados con el paso del tiempo, defectos estructurales o daños causados por factores externos, como filtraciones o tormentas. El propietario debe asegurarse de que el inmueble funcione correctamente y de que la propiedad mantenga su integridad general, sin que el arrendatario tenga que asumir este tipo de gastos.
Responsabilidades del arrendatario
Por otro lado, el arrendatario es responsable de cuidar el inmueble y de mantenerlo en las condiciones en las que lo recibió. Esto incluye las reparaciones menores, conocidas como reparaciones locativas. Algunos ejemplos de tareas que corresponden al arrendatario son: reparar elementos dañados por el uso diario, como cerraduras o vidrios rotos; mantener los sistemas de agua y electricidad en buen estado; y realizar la limpieza regular de la propiedad. Además, cualquier daño causado por un uso inapropiado o negligente es responsabilidad del arrendatario.
En Arrendamientos El Castillo, ofrecemos asesoría y respaldo para que ambas partes se sientan seguras y protegidas durante todo el proceso de arrendamiento